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¿Por qué no se sienta?

Por: Jean Otero M.A.Ed, PTA

Aclaremos esta destreza en sus puntos básicos. Lo primero que hay que entender son los términos y a lo que nos referimos cuando hablamos de cada uno de ellos. Cuando decimos "mi bebé no se sienta", estamos hablando del proceso o la transición para sentarse. La transición es cuando usted coloca a un infante acostado en el suelo y por sí solo se mueve (transiciona) para llegar hasta la posición de sentado. Cuando decimos “mi bebé no se mantiene sentado”, estamos hablando de la ausencia o poco balance en la posición de sentado. 

Estos términos se confunden a menudo y ambos pasan en diferentes etapas. El primero que ocurre entre los 5-7 meses es mantener el balance sin soporte y es un requisito para todas esas familias que quieren comenzar la alimentación complementaria. Lo segundo que ocurre entre los 8-10 meses es la transición para sentarse, la cual comienza junto con la etapa del gateo. Esta etapa ya es mucho más compleja y requiere de mucha coordinación y planificación motriz. 

Surge la siguiente pregunta: ¿Por qué mi bebé se cae cuando lo siento?  Si su bebé tiene menos de 4 meses probablemente lo está exponiendo muy temprano, ya que no se espera que con menos de 5 meses un bebé se sostenga sentado por sí solo(a). Si lo logra, le debemos recordar que no podemos forzar o brincar etapas. Si se encuentra entre los 5-7 meses y no se puede sostener en la posición de sentado, sepa que su bebé lo más probable está batallando con el control postural. 

¿Que es el control postural?

El control postural es la relación entre la postura y el movimiento y envuelve siete (7) componentes necesarios para que el mismo se establezca con éxito.

  1. Límites de estabilidad: se refiere a los límites que un ser humano puede llegar con relación al movimiento sin perder el balance. Ejemplo: cuando estoy sentado, hasta dónde puedo alcanzar sin despegar mis glúteos del suelo o perder el balance o si estoy parado, cuánto puedo alcanzar en cualquier dirección sin levantar mis talones del suelo y perder el balance. En este componente tendemos a no reconocer esos límites, lo cual se refleja en pérdida de balance constante.

  2. Organización sensorial: es la integración o procesamiento correcto de información sobre el sistema visual, el sistema somatosensorial y el sistema vestibular. En términos sencillos es el procesamiento correcto de dónde está mi cuerpo en relación al espacio que me rodea. Un fallo en este componente se refleja en la poca tolerancia o llanto constante cuando es expuesto al bebé a movimientos anti-gravitacionales.

3. Estabilización ojo-cabeza: la cabeza carga con dos de los factores más importantes en términos de balance y postura, los cuales son la vista y el sistema laberíntico (vestibular). Básicamente la vista debe mantener un campo visual estable incluso cuando la cabeza está en movimiento y por consiguiente los ojos deberían seguir la cabeza al ésta moverse. Un fallo en este componente afecta por completo el balance.


4. Sistema musculoesquelético:  aquí nos referimos específicamente al tono muscular. ¿Qué es el tono muscular?  Es la tensión de un músculo en descanso (Lundy-Ekman, 2013) y la tensión que genera un músculo cuando se estira o se alarga (Basmajian and DeLuca, 1985). Un tono muscular bajo compromete la habilidad de los músculos de generar fuerza para sostener o mantener el peso corporal. Por ende, estos son típicos infantes que su espalda se curva excesivamente cuando se sientan y parecieran estar muy “blanditos” cuando cargan.

5. Coordinación motriz: es la habilidad de realizar una activación muscular correcta de acuerdo al tipo de tarea o movimiento al que seamos expuestos. Un pre-requisito para lograr una coordinación motriz apropiada es la fortaleza y el tono muscular. Un fallo en estos componentes se refleja en infantes que no posicionan su cuerpo correctamente en movimientos anti-gravitacionales con pocos reflejos posturales.


6. Adaptación al medio ambiente: este componente se observa más marcado en etapas como la de caminar, pero en la destreza de sentarse lo podemos ver cuando sentamos al infante en superficies estables vs. superficies inestables.  Además, ¿es capaz de mantener su balance en cualquiera de estos escenarios? o ¿puede mantener el balance mientras no hay ruido o el ruido lo saca de balance? Todos estos son detalles ambientales que pudieran afectar el balance, pero que van de la mano con todos los componentes antes mencionados.

7. Conjunto central predictivo: este es un componente un poco más complejo, pero lo podemos definir como una preparación postural. Es a través de la sensación y la cognición que se establece una anticipación del movimiento antes de que suceda. Es prácticamente crear una alerta muscular y saber consciente o inconscientemente cómo moverme para evitar caerme, tropezar o perder el balance. 

Como profesional de la salud siempre recomiendo exponer a los infantes a movimientos anti-gravitacionales, ya que ayuda a la adquisición del balance y ayuda al fortalecimiento muscular. Si su bebé no se mantiene sentado(a) es probablemente que esté fallando en uno de estos siete componentes.  Consulte con un profesional de la salud especializado en el área pediátrica.


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Referencias:

Basmajian JV, DeLuca CJ: Muscles alive: their function revealed by electromyography, ed 5, Baltimore, 1985, William & Wilkins.

Lundy-Ekman L: Neuroscience: fundamentals for rehabilitation, ed 4, St. Louis, 2013, Elsevier.

Martin, S. & Kessler M. Neurologic Interventions for Physical Therapy, ed 3, St. Louis 2016, Elsevier.